sábado, 8 de septiembre de 2012

Aniversario 25 de los Joven Club: la computación al alcance de todos


Muchos juzgaron de utópica la idea de poner computadoras al servicio del pueblo de forma gratuita, cuando apenas en Cuba se tenía conocimiento de las técnicas informáticas.

Sin embargo, aquella experiencia, iniciada en La Habana el 5 de septiembre de 1987, ganó aceptación rápidamente y llegó para quedarse, pese a las limitaciones económicas y tecnológicas de la isla.

De esa manera las proyecciones de este incipiente movimiento se hicieron más ambiciosas mucho antes de lo pensado. Primero, se extendió una red de Joven Club por todo el país y luego, se formaron los primeros instructores, estos últimos, encargados de
transmitir los conocimientos a los usuarios.

Con el tiempo fueron quedando en el olvido los grandes y obsoletos monitores junto a sus teclados inteligentes, y se emplazaban máquinas un poco más modernas, al igual que nuevos equipamientos como escáner, impresoras, quemadores de disco…, posibilitando nuevos servicios.

Hoy, a un cuarto de siglo de su creación, los Joven Club ajustan su misión al contexto actual, intercalando contenidos novedosos con los intereses de los usuarios, pues la informática gana más espacios y se desarrolla constantemente, y junto a ello crece la cultura de la población.

“Quizás el hecho de que ahora muchas personas tienen computadora en su centro laboral o en casa, y en las escuelas enseñan cómo usarlas sea una limitante en nuestro servicio. Sin embargo, siempre hay quienes lo aprovechan, un ejemplo son los 138 mil 820 egresados de cursos impartidos en el territorio”, comenta Jacinto Montoya Estrada, director provincial de estas instalaciones en Guantánamo.

En estos momentos “promovemos el empleo de los software libres, en especial del Linux, pues brinda mayor seguridad de la información que el sistema operativo Windows, puede configurarse, adaptarse al ambiente de trabajo, y con él podríamos lograr la soberanía
informática. Aquí muy pocas entidades lo utilizan por desconocimiento.

“Ya hemos insertado algunos usuarios en las redes sociales, -continúa fundamentalmente en Facebook y Twitter, lo que constituye un gran logro porque antes era más limitado. Esto no solo motiva a la gente, sino que permite una mayor presencia de cubanos en Internet divulgando y defendiendo la realidad de nuestro país”.

Asegura además, que en parte esa tarea se ha logrado con la enciclopedia Ecured, promotora de la historia local y nacional, de la que los JC son partícipes, junto al Centro de Información y Gestión Tecnológica.

Más cerca de la tecnología

Cientos de personas visitan a diario estas instalaciones, desde el más chico hasta los entrados en edad, pues allí las puertas están abiertas para todos, con disponibilidad de equipos para trabajar, navegar en la red cubana, actualizar el antivirus, e incluso entretenerse un poco con los instructivos y divertidos juegos virtuales.

El joven de 22 años Bárbaro García Torres, visitante habitual del ubicado en Sur Hospital, admite que allí consolidó los escasos conocimientos que tenía de informática, y que aprendió a trabajar con las distintas aplicaciones.

“Vengo a navegar, editar imágenes y videos, hacer trabajos, buscar información. Es cierto que las máquinas no están como quisiéramos, porque los programas se tardan en abrir, la navegación es lenta, pero al final, se trabaja”, asegura.

Otros hasta incentivan a la familia. Raidel Elías Hernández Matos, de 13 años, disfruta de los cursos de programación que imparten, y a veces lleva a su padre para enseñarle un poco de lo que aprendió. El adolescente ya perfila su futuro.

“Quisiera estudiar informática, así que todos los días vengo a las clases nocturnas de cuatro a seis de la tarde, y de seis a ocho de la noche, y hasta cuando tengo un tiempo libre.
Lo cierto es que en donde estén, y sin importar las condiciones tecnológicas, es innegable la luz que emana de los Joven Club en estos tiempos, y su obra, mantiene vivos los propósitos con los que se crearon. 

Por: Yaneisy  Nolazco